En un evento que nos derritió el corazón, celebramos nuestro primer Desfile de Mascotas, donde las verdaderas estrellas fueron los compañeros más peludos (y emplumados, y con escamas) de nuestros estudiantes.

La energía era palpable: los pasillos, acostumbrados a risas de niños, se transformaron en una pasarela por donde desfilaron perritos orgullosos, gatos curiosos. Cada familia se unió a la celebración, y los padres trajeron con orgullo a los integrantes de cuatro patas de su hogar.

Y para que nadie se quedara fuera de la fiesta, aquellos niños que no pudieron traer a sus mascotas, tuvieron una idea brillante: ¡desfilaron con sus peluches favoritos! Así, ositos de peluche, unicornios de fantasía y dinosaurios de felpa también tuvieron su momento de gloria en la pasarela, demostrando que el amor por los animales y la imaginación no tienen límites.