Una jornada llena de tradición y diversión

La mañana comenzó con risas y entusiasmo, con nuestros pequeños sumergiéndose en el encanto de los juegos típicos. ¡Las carreras de sacos y el emboque se convirtieron en la excusa perfecta para correr, saltar y demostrar sus habilidades! No faltaron los concursos, donde el compañerismo y el espíritu competitivo se mezclaron en partes iguales.

Luego, el aroma a hogar llenó el aire, transportándonos al corazón de la gastronomía chilena. Nuestros talentosos chefs prepararon una selección de comidas típicas que hicieron las delicias de todos. Fue una oportunidad para que los niños se acercaran a sabores tradicionales, compartiendo y disfrutando de cada bocado.

Cueca y poesía

Pero no hay fiesta sin música. El momento más esperado llegó con las payas, esos versos improvisados que nos recuerdan la picardía y el ingenio de nuestra gente. Los niños, con su dulzura, recitaron sus propias rimas, llenando el espacio de ternura y mucho humor.

Para cerrar la jornada, la cueca se robó el show. Con pañuelos al viento y sonrisas de oreja a oreja, nuestros pequeños bailarines mostraron sus mejores pasos. Verlos zapatear y florear fue un espectáculo de pura inocencia y amor por nuestras raíces.

Agradecemos a todas las familias que nos acompañaron y a nuestro equipo de educadores por hacer de esta celebración un momento mágico y educativo para nuestros estudiantes.

¡Que vivan las tradiciones y que viva Chile!